- Personajes ilustres -

Monseñor Luigi Vitali

Luigi Vitali nació en Bellano en 1836 y fue ordenado sacerdote en 1859 tras haber estudiado en el Seminario de San Pietro Martire de Seveso.

En 1861 fue contratado como colaborador en el periódico religioso Il conciliatore di Milano, creado con el objetivo de enmendar las desavenencias entre la Santa Sede y el gobierno italiano sobre la cuestión del poder temporal.

Es famosa la carta que Vitali escribió al Conde de Montalembert en 1862, en la que afloran su patriotismo y sus fuertes principios liberales. Unos años más tarde fue amonestado por el Superior Eclesiástico porque se había atrevido a acudir a las urnas políticas. El joven sacerdote trabajaba en el clima cultural liberal del Milán independiente, en el que la atención de las clases acomodadas hacia los más desfavorecidos era fuerte.

En 1876 fue nombrado rector del Instituto de Educación para Ciegos Pobres, fundado por Michele Barozzi en la primera mitad del siglo XIX. En estas funciones, monseñor Luigi Vitali dejó importantes escritos programáticos y algunas reflexiones críticas sobre las opciones educativas de los invidentes.

También participó personalmente en la construcción de la nueva sede del Instituto en 1892, en 1905 fundó el Asilo Infantil para Ciegos y en 1915 abrió el Laboratorio Zirotti, junto con Pietro Stoppani, para la formación profesional de los soldados ciegos que regresaban de la guerra.

Paralelamente a sus compromisos con el bienestar y la educación de los invidentes, Vitali no dejó de lado sus intereses políticos y sus ideas liberales.

Paralelamente a sus compromisos con el bienestar y la educación de los invidentes, Vitali no dejó de lado sus intereses políticos y sus ideas liberales, como demuestra el artículo que escribió para la Rassegna Nazionale en 1894.

Hacia el final de sus años, una vez cumplidos sus compromisos en Milán, decidió retirarse a las tierras del Alto Lario, donde ejerció una gran influencia en la vida social y cultural local, sin dejar de hacer todo lo posible por los más desfavorecidos. De hecho, sensibilizó a destacadas personalidades locales que hicieron importantes donaciones con el único objetivo de mejorar las condiciones de vida de los menos afortunados. En Bellano, su ciudad natal que nunca olvidó, se ocupó personalmente de la fundación del Asilo y de la Institución en el hospital local. Siempre en Bellano, Vitali se ocupó de la construcción del oratorio masculino, de la realización de la biblioteca parroquial, del apoyo mutuo y de las escuelas profesionales; también donó el terreno necesario para la ampliación del cementerio municipal con la realización de la nueva entrada donde hoy hay una estatua de bronce que lo retrata, obra del escultor Branca.

El Monseñor Luigi Vitali murió en Colico el 6 de noviembre de 1919.

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