Danilo Vitali
- Personajes ilustres -

Danilo Vitali

Danilo Vitali nació en Bellano el 4 de septiembre de 1935 y, a los 13 años, comenzó a trabajar en el taller del hojalatero Antonio Carnovali, conocido como Toléé, de quien aprendió las primeras nociones de trabajo de la chapa.

Al cabo de unos años fue contratado por la empresa Carlo Borlenghi como fontanero y hojalatero, donde profundizó en su técnica.

A los 25 años trabajó en la pescadería de su madre, hasta que en 1970 decidió dedicarse, de forma autodidacta, a la técnica del repujado y cincelado sobre planchas de cobre, utilizando como modelos dibujos de pintores y arquitectos.

Tras un camino de investigación, inició una nueva etapa en la que creó obras personales de bulto redondo.

Su primera exposición individual se celebró en agosto de 2013 con gran éxito de público e interés de la prensa.

La introducción del catálogo «La via del rame», editado por Lucia Rossi, habla de Danilo, de las técnicas y del material que utiliza para crear sus obras: «Recorrer la senda del Cobre de Danilo Vitali es una experiencia nueva y singular porque los encuentros son imprevisibles e inéditos, pero, al mismo tiempo, es una experiencia antigua y plural porque es milenaria. Es la historia de este metal que se utilizó desde el principio de la civilización; su símbolo Cu y su nombre en varios idiomas derivan de la isla de Chipre por los ricos yacimientos que hay allí, y Venus fue llamada por los alquimistas porque Chipre era sagrada para esta diosa. 

comenzó a trabajar en el taller del hojalatero Antonio Carnovali, conocido como Toléé, de quien aprendió las primeras nociones de trabajo de la chapa.

Pero el camino de Danilo Vitali también es un camino muy personal, resultado de un largo proceso de práctica, investigación y estudio, pero sobre todo de trabajo. Artesanía hecha de buriles, martillos y cinceles que ha transformado las propias manos del artista en herramientas a su vez para grabar, golpear y cortar, bruñir, moler, platear, calentar, flamear y soldar para transformar y doblar un material mineral en nuevas formas, resultado de la observación, la experiencia y la creatividad humana. 

Danilo Vitali

En esta Ruta del Cobre se encuentran numerosas formas de naturaleza vegetal, animal y abstracta. 

Ciertamente, es una naturaleza metálica, pero no por ello menos «natural», tan natural como lo es el arte y tan artística como la naturaleza, hecha de numerosos peces «alosa agone» lacustres de tonos azul turquesa iridiscentes y púrpura oxidado que caracterizan la tapa; de planos de aguas y de vuelos de «alburnus arborella» plateados que se lanzan al soplo de la página pasada; de cabras con rostros semíticos, mojados por la lluvia. 

De tortugas que caminan lentamente por este sendero milenario, de pájaros con plumaje de soldador que pían en los cables de cobre, de gallos que esperan firmes y pavoneándose. Un búho con cuerpo de láminas azuladas y cabeza de hilos de verdín nos mira con sus órbitas vacías: podría emprender su vuelo metálico hacia la noche plomiza y dejar la página vacía…

En este camino imprevisible y sorprendente, personal y universal del Cobre, uno se encuentra con pecios tallados, redes de escultura y esculturas de recortes, grupos. Manojos de espárragos, monumentales en su orgullo, alcachofas siderales y floraciones de hongos «chiodini»; calabazas casi lunares, sarmientos otoñales, coles que han sentido la helada, cactus, piñas y granadas. Hay una higuera que parece un crucifijo, pero cuyas ramas de cobre echan hojas y frutos».

Danilo Vitali

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